Al igual que la frase “el mejor vino es el que a ti más te guste” la temperatura ideal para tomarte una copa (o varias) es totalmente personal. Sin embargo, cuando somos anfitriones o buscamos la mejor expresión del vino, nos encontramos en el predicamento de enfriar o no enfriar.
Por ejemplo, si el vino se sirve muy frío los aromas y sabores permanecerán ocultos, mientras que, con una temperatura muy elevada, se podrían acentuar notas no muy agradables.
Esto no quiere decir que necesitas un termómetro para medir con exactitud su temperatura; tampoco nos referimos a que si tomas el vino un poco más o menos frío es un error o tendrá un mal sabor, sino que existen formas de hacer mucho mas agradable la experiencia.
Imaginemos la siguiente situación: tus amigos están por llegar a cenar a tu casa; ya pusiste la mesa, preparaste la comida y elegiste el vino. Todo esta listo para recibirlos y mientras haces un recuento de todo lo que necesitas, te detienes en las mismas preguntas una y otra vez, ¿Pongo a enfriar el vino? ¿Solo el blanco o también el tinto? ¿Debería ponerlo en hielo o mejor en el refri?
Si ya te imaginaste en este escenario y estás a punto de entrar en pánico, no te preocupes, aquí te decimos cómo, cuándo y qué vino enfriar:
Tintos: en lugar de dejarlo a temperatura ambiente, ponlo 40 min en el refrigerador para que se mantenga fresco y al momento de servirlo esté entre 14 y 18ºC
Blancos y Rosados: al menos refrigéralos 2 horas; idealmente deben estar entre 10 y 12ºC para consumirse ligeramente fríos.
Espumosos: mantenlo en refrigeración durante 3 horas y una ves abierto usa una cubeta con hielo y agua para conservarlo 6 y 8ºC
Esperamos que esta guía te ayude en tu siguiente reunión, para que te concentres en disfrutar la compañía y el vino, y no en su temperatura.
Déjanos tus comentarios aquí abajo y cuéntanos cual es para ti la mejor temperatura para tomarlo.
